sábado, 6 de junio de 2015

China despliega detectores de metal y drones para evitar la copia en selectividad

China despliega detectores de metal y drones para evitar la copia en selectividad


Centenares de parientes esperan la llegada de los estudiantes que se...
La agencia oficial china Xinhua se refería a la acción de las fuerzas de seguridad como si aludiera a una gran campaña contra el crimen organizado.
Hablaba de toda una "operación especial" de los uniformados para "reprimir" la venta de "dispositivos inalámbricos" y la detención de al menos 23 "sospechosos".
La terminología no era menos grandilocuente a la hora de referirse al examen, al que aludían como una "prueba agotadora" o "la batalla para decidir el futuro".
Nada extraño en un país donde los maestros de un colegio de Guilin, en la provincia de Guangxi, decidieron "motivar" a sus alumnos para la crucial cita con pancartas donde se leía mensajes tan singulares como estos: "Mata a 1.000 (competidores) superando sus resultados"o "Mientras no mueras por estudiar, estudia duro hasta morir".
Así, en un entorno dominado por la presión mediática y familiar, 9,42 millones de estudiantes chinos comenzaron este fin de semana las pruebas de acceso a la universidad -conocidas como "gaokao"- en un año en el que las autoridades han insistido en difundir las medidas "especiales" que han tomado para evitar los sofisticados casos de copia que se producen de forma recurrente en esta cita escolar.
Xinhua admitió que "la reputación de los exámenes ha sufrido un varapalo en los últimos años ante las denuncias de trampas organizadas por alumnos y docentes".
El diario 'Chongqing Evening' informó esta semana que un grupo de "hackers" locales proclamaban haber obtenido copias de las preguntas de la convocatoria y las "vendían" en internet por un precio mínimo de 6.000 yuanes (más de 900 euros).

Según la emisora local CCTV, el ministerio de Educación ha preparado toda una panoplia de acciones para contrarrestar estas prácticas, que incluyen desde la presencia de cámaras de vídeo en 280.000 clases, a "detectores de metal, reconocimiento facial" y pruebas de huellas dactilares en numerosos colegios, un requerimiento necesario para identificar a los asistentes y así evitar un truco habitual de los alumnos: la utilización de "dobles".

En la urbe de Luoyang, en el centro del país, los responsables locales recurrirán a un avión no tripulado para detectar las transmisiones inalámbricas, otro de los sistemas usados para copiar.
"Puede localizar las señales sospechosas y su origen", declaró a los medios oficiales, Lan Zhigang, uno de los encargados de la vigilancia.
La policía exhibió el año pasado gafas con receptores ocultos de las que se valieron los estudiantes que parecían sacados de la parafernalia propia de un filme de James Bond.
En Pekín, por ejemplo, se ha prohibido que los discípulos accedan a las clases con relojes "inteligentes" como el Apple Watch.
La normativa contempla penas de cárcel para los adultos que ayuden a los alumnos a copiar y para estos últimos la prohibición de que puedan participar en la selectividad durante los próximos 3 años.
El examen que dura 2 ó 3 días es una cita tan exigente que años atrás un centro escolar de Hubei llegó a administrar sueros a sus estudiantes en el mismo aula, para que "recuperaran la energía" y al mismo tiempo no tuvieran que "perder tiempo" trasladándose hasta el hospital.
Las fotos de decenas de estudiantes en sus pupitres enganchados a los goteros intravenosos que colgaban del techo causaron una auténtica conmoción en las redes sociales chinas.
La misma que provocaron en abril las imágenes de las barras de metal que decidió colocar en las ventanas de sus salas un colegio de Hengshui, en Hebei, para evitar los posibles intentos de "suicidio" de los alumnos, un suceso al que ya tuvieron que enfrentarse en dos ocasiones en el 2014.
"La presión es demasiado grande. Si no consigues acceder a una buena universidad tu futuro es muy negro. Estás acabado y tu familia no te lo perdonará", explicó Chue Choi, un candidato que afrontaba la prueba en Pekín.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2015/06/07/5573de95e2704ee4378b456f.html

jueves, 4 de junio de 2015

En manos del presidente Maduro instalación de la norma universitaria


En manos del presidente Maduro instalación de la norma universitaria


Por:  


miércoles, 3 de junio de 2015

Los nuevos perfiles profesionales en la era 2.0

Los nuevos perfiles profesionales en la era 2.0

Los nuevos perfiles profesionales en la era 2.0


Hoy día, la sociedad vive un continuo cambio provocado por diversos factores: la globalización de los mercados, la desaparición de fronteras, los movimientos migratorios, la revolución tecnológica o la propia evolución de la sociedad que conducen a los individuos a un nuevo paradigma. Mientras desaparecen empleos tradicionales, también surgen nuevas profesiones.
La productividad de las empresas se mantiene en ascenso, mientras la creación de empleo continua desplomándose. Este patrón se vive en la mayor parte de países desarrollados como una contradicción que responde a dos factores: la evolución de los modelos productivos y la automatización de un gran número de profesiones tradicionales.
Uno de los elementos claves que influyen en este vertiginoso proceso de transformación ha sido el desarrollo y uso masivo de las tecnologías emergentes. Estas herramientas están produciendo un continuo intercambio de información y experiencias en webs, foros o redes sociales que genera un valor intangible para los individuos.
La implantación de las nuevas tecnologías, al contrario de lo que pueda parecer, no destruye empleo, sino que lo transforma. De igual forma que en el pasado la mano de obra emigró masivamente del campo a las fábricas, el progreso está sustituyendo profesiones que históricamente parecían inmutables pero que, probablemente, acabarán por convertirse en un fenómeno minoritario y residual.
A partir de estos cambios, vinculados a los avances tecnológicos, están surgiendo nuevos perfiles profesionales que las empresas comienzan a demandar. Aunque se trata de empleos de carácter eminentemente técnico, el futuro de la tecnología es multidisciplinar. También se nutrirá de disciplinas vinculadas a otras ramas del saber, como las Humanidades, las Ciencias Sociales o las Bellas Artes. La diferencia es que los profesionales vinculados a ellas deberán adquirir nuevas habilidades para poder acceder a estos yacimientos que ofrecen nuevas oportunidades de empleabilidad y que dan respuesta a las nuevas necesidades surgidas en la sociedad del conocimiento y de la información. De entre ellas, cabe destacar:
- Diseñador de contenidos web.
- Programador de aplicaciones para móvil.
- Gestor de robots.
- Diseñador de “nubes”.
- Analistas y auditores de seguridad informática.
- Ingeniero de objetos inteligentes.
- Community Manager. Gestor de comunidades virtuales de las organizaciones.
- Experto SEO (Search Engine Optimization) y SEM (Search Engine Marketing).
- Responsable de e-Commerce para gestionar el comercio online.
- Consultor de e-Business.
- Profesional de la asistencia integral a la tercera edad.
- Ingeniero de vehículos orientados a la sostenibilidad del medio ambiente.
- Ingeniero de eficiencia energética.
- Expertos de seguridad en Cloud Computing.
- Desarrollador de animación en 3D y de videojuegos.
Los perfiles profesionales emergentes también provienen de sectores donde se esperan grandes avances, como el turismo cultural, la biomedicina, la ingeniería genética, la biotecnología, la robótica, la agricultura biológica o el sector aeronáutico. Por último, existe la necesidad de generar perfiles con vocación emprendedora, y facilitar el autoempleo de cara a configurar una comunidad empresarial competitiva. Ello no sólo depende de políticas, sino también de fomentar el espíritu emprendedor en todas las fases de aprendizaje.
José Luis del Olmo Arriaga
Director del Observatorio de la Demanda Universitaria. Director de Postgrado y Extensión Universitaria. Universitat Abat Oliba CEU


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domingo, 17 de mayo de 2015

Dos maestros españoles diseñan un sistema de enseñanza para los alumnos del siglo XXI

Dos maestros españoles diseñan un sistema de enseñanza para los alumnos del siglo XXI

La revolución tecnológica hace que no se pueda seguir enseñando a los alumnos de la misma forma que antes


Dos maestros españoles diseñan un sistema de enseñanza para los alumnos del siglo XXI

Los estudiantes que están cursando Bachillerato o ESO ya nacieron con internet y no conciben un mundo sin él. Para la mayoría de ellos las redes sociales son su medio de comunicación. Comentar con sus amigos cualquier noticia por WhatsApp, Facebook o Twitter es lo más natural para ellos e, incluso, les resulta más cómodo que llamar por teléfono. Están acostumbrados a tener al alcance un sinfín de aplicaciones y contenidos en todo momento. Pese a todo, hay muchos centros de enseñanza que aún no permiten que la tecnología entre en sus clases. «Les parece una distracción y es un grave error. Si se le da un uso adecuado, la tecnología mejora el aprendizaje», indican Ricardo Oficialdegui y Álvaro González, profesores en el Colegio Irabia-Izaga de Pamplona.
Ambos docentes han aunado esfuerzos y conocimientos para crear un sistema de enseñanza y aprendizaje llamado Polygon System, basado en tecnologías digitales y en metodologías innovadoras surgidas de Harvard. Su éxito ha sido tal que ya ha sido probado con éxito en las aulas de varios colegios españoles. Su máxima es que la tecnología nunca debe ser el fin. «En este caso es solo una herramienta puesta al servicio de la educación», afirma Ricardo Oficialdegui, uno de los creadores de este sistema, licenciado en magisterio, profesor de música en activo, y formador de Apple para la introducción de las tecnologías en las aulas.
La propuesta de González y Oficialdegui parte de que en los últimos años ha habido una auténtica revolución tecnológica así que no podemos seguir enseñando a nuestros alumnos de la misma forma que antes. «Debemos convertir al alumno en el auténtico protagonista de su educación y esto es posible gracias a nuestro método, que combina contenidos, metodología y tecnología para que el alumno no sólo aprenda más sino para que también vaya aplicando los conocimientos que adquiere. Aplica la teoría de las "inteligencias múltiples" y el"aprendizaje cooperativo", potenciando y creando la llamada "cultura del pensamiento", cuyo objetivo es el desarrollo del pensamiento crítico y creativo.

No todos aprendemos igual

«La neurociencia ha demostrado que no todos aprendemos de la misma forma. Hay alumnos que tienen gran capacidad visual, otros prestan más atención al aspecto auditivo y otros en cambio aprenden mucho más interactuando. Con este sistema el alumno aprende los contenidos propios del curso mucho más motivado, de una manera mucho más competencial y comunicativa con gran mejora progresiva en el trabajo cooperativo. En los alumnos con necesidades especiales como ásperger y TDHA se han notado mejores resultados, más integración en el aula con sus compañeros y enganche a la asignatura. También podemos asegurar que los alumnos adquieren una muy buena competencia digital», asegura González.
¿Y qué papel juega el profesor en esta propuesta educativa? «Es fundamental —explican—, porque se trata de una educación mucho más personalizada y por tanto debe ser él quien guíe a cada alumno según sus competencias. Lo que ha ocurrido hasta ahora es que cuando se ha intentado avanzar en la educación se ha abandonado al profesor a su buen hacer. Hay que formar al profesorado en metodologías emergentes y en tecnología. Nadie nace aprendido. No se puede transformar la educación sin formar al profesorado», dice Oficialdegui. «Gracias a este método, los profesores pueden preparar sus sesiones de una forma planificada adaptando los proyectos a cada alumno de forma sencilla. Y los alumnos desarrollan una manera de pensar y de relacionarse con sus compañeros y además mejoran su autoestima. Todos ganan».

Una experiencia visual, táctil...

«Reformas», el vídeo sobre el mercado laboral que arrasa en las redes sociales

http://bcove.me/c19du7bihttp://bcove.me/c19du7bi

«Reformas», el vídeo sobre el mercado laboral que arrasa en las redes sociales

Así serán las entrevistas de trabajo del futuro, según el cómico David Navarro y la actriz Cecilia Solaguren, del canal Comedy Central


Este domingo, a las 21.15, el canal Comedy Central emite el especial «Corto y Cambio», dedicado al mercado laboral. Una de las piezas del programa, el sketch del cómico David Navarro y la actriz Cecilia Solaguren «Reformas», se ha vuelto viral por su manera de ironizar sobre las reformas laboral y educativa.
En solo dos minutos, ambos mantienen una entrevista de trabajo que ya cuenta con cientos de miles de visitas en las redes sociales. Negociar un convenio colectivo, superar una entrevista con éxito o por qué no es buena idea tener sexo en el lugar de trabajo son otros temas tratados en el espacio, siempre de la mano del humor.
Paco Calavera, Kikin Fernández, Nene (un exfutbolista convertido en cómico y actor) y Dani Piqueras completan el cartel de esta entrega. Los artistas invitados en esta ocasión son los actores Nadia Torrijos, Cristina Soria, Horten Soler, Maru Candel, Sagayo Ayuso y Rubén Martínez. Juntos muestran los entresijos laborales con mucho sentido del humor.

viernes, 15 de mayo de 2015

El desempleo amenaza con crecer en Latinoamérica

El desempleo amenaza con crecer en Latinoamérica

El paro había bajado hasta 2014, pese a la desaceleración económica, pero la CEPAL y la OIT prevén que este año suba al 6,2%

 Buenos Aires 15 MAY 2015 - 01:54 CEST
Desempleo en Latinoamérica
Un campesino trabaja en un cultivo de maíz en El Salvador. / ROBERTO ESCOBAR (EFE)

Marcela, bonaerense, separada y madre de tres hijos, había hecho ya los estudios médicos y psicológicos para comenzar a trabajar en una planta siderúrgica de la mayor empresa privada de Argentina, Techint. Pero a último momento los futuros empleadores le han dicho que esperase, que aún no la pueden incorporar. Cobra la asignación universal por hijo, unos 80 dólares mensuales por cada uno, a cambio de enviarlos a la escuela y los controles sanitarios, pero necesita más ingresos y busca trabajo. Pese a la desaceleración económica de los últimos años en Latinoamérica, el desempleo seguía bajando hasta 2014, pero en 2015 volverá a subir, según pronostican la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El año pasado, el paro en la región llegó a un mínimo en 25 años, es decir, desde que la OIT y la CEPAL lo miden. Sin embargo, en 2015, tras cinco años de continua ralentización del ritmo de expansión económica, ambos organismos de la ONU calculan que subirá en forma leve del 6% al 6,2%. La economía regional solo crecería el 1%, es decir, menos de lo necesario para la creación de suficientes puestos de trabajo.
En un anterior informe de la OIT, con datos de 2014, Costa Rica figuraba como el país latinoamericano con más desempleo urbano y rural (9,6%), seguida por Colombia (9,4%), Paraguay (8,5%) y Argentina (7,4%). Los países con menos paro eran Guatemala (4,2%), Ecuador (4,3%), Panamá y México (5%, ambos), aunque en Latinoamérica el contar con trabajo no asegura necesariamente una cobertura social ni niveles de ingresos suficientes para esquivar la pobreza. Mientras tanto, el desempleo era del 7,3% en Venezuela, el 7% en Brasil, el 6,5% en Chile y el 6,1% en Perú.
"El escenario del mercado laboral que se avizora no es muy alentador para la búsqueda de progresos sustanciales que ayuden a alcanzar mejoras en términos de pobreza y desigualdad", escribieron la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, y la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco. Precisamente, el empleo ha sidoel gran factor de la reducción de la pobreza en la región, del 43% en 2002 al 28% en 2014. Incluso ha pesado más que las políticas sociales expansivas. "A ello se añadieron políticas públicas tanto laborales (salario mínimo, formalización, inspección) como no laborales (expansión de los sistemas de protección social y de la educación)", destacan en la ONU.
En Latinoamérica contar con trabajo no asegura una cobertura social ni niveles de ingresos suficientes para esquivar la pobreza
La cantidad de empleados con cobertura de la Seguridad Social, excluidos las domésticas, se elevó en 9,9 puntos porcentuales entre 2003 y 2012, hasta el 78,7%. Pero la CEPAL y la OIT temen que el contexto económico actual también acabe afectando la "calidad del empleo" porque "es poco probable que las políticas de formalización logren contrarrestar la baja generación de empleo asalariado".
El año pasado el paro seguía descendiendo en Latinoamérica porque en sus tres grandes economías, Brasil, México y Argentina, pese a la caída del empleo, menos personas buscaban trabajo. Esta tendencia sorprendió a los economistas porque se suponía que debería haber ocurrido lo contrario. La OIT y la CEPAL comentan que, cuando hay menos demanda laboral, suele subir la oferta de los hogares más pobres para cubrir posibles pérdidas de ingreso que afectarían los niveles de subsistencia y por eso reaccionan enviando a trabajar a los jóvenes. ¿Por qué eso no ocurrió? Los organismos de la ONU concluyen que las mejoras del empleo en los anteriores diez años produjeron "ciertas holguras en muchos hogares", de manera que no tuvieron que reaccionar de inmediato a la pérdida de empleo. También influyeron, según la CEPAL y la OIT, los aumentos salariales que se registraron en esa década y que se sostuvieron incluso en 2014.
Por último, "muchos países han establecido programas dirigidos a incentivar una mayor permanencia de los jóvenes en los sistemas educativos". Por ejemplo, Argentina creó en 2014 el plan Progresar, por el que subvenciona a los jóvenes de 18 a 24 años parados o con empleo informal para que estudien o se capaciten.
De todos modos, el fenómeno de 2014 no se repetiría en 2015. Quizás los hogares pudieron aguantar un año con menos ingresos, pero no dos. Por eso se prevé que una nueva desaceleración de la actividad económica y otra caída del empleo llevarán esta vez a que más personas busquen 'chamba' o 'laburo', como dicen en México o Argentina.
Ya el año pasado además creció el empleo informal. "El trabajo por cuenta propia, generalmente de menor calidad que el empleo asalariado, en la mayoría de los casos se expandió más que el empleo total, lo que evidencia un resurgimiento incipiente de actividades informales, en el contexto de la debilidad de la demanda laboral de las empresas", lamentaron la OIT y la CEPAL. Al menos no esperan una caída de los salarios ajustados por la inflación, dado el nivel relativamente bajo del paro y los índices de precios al consumidor (IPC) en general acotados, con la excepción de Argentina y Venezuela.


Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/05/14/actualidad/1431624131_375737.html

lunes, 11 de mayo de 2015

Latinoamérica en la segunda era de las máquinas 'El futuro del trabajo'


Latinoamérica en la segunda era de las máquinas 'El futuro del trabajo'

LUIS ALBERTO MORENO*

Ante los problemas económicos que afronta el hemisferio occidental, los dirigentes empresariales y gubernamentales de Latinoamérica están enfocados en impulsar el crecimiento inclusivo, después del auge de las materias primas que se prolongó durante la mayor parte del pasado decenio. Toda estrategia deberá tener en cuenta un fenómeno mundial inevitable: la llamada "segunda era de las máquinas".
Los economistas del MIT Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson, entre otros, han identificado la segunda era de las máquinas con el ascenso de nuevas tecnologías de la automatización y la inteligencia artificial. Mientras que los optimistas predicen que esas innovaciones darán paso a una era de abundancia sin precedentes, otros analistas menos optimistas consideran que casi la mitad de todos los empleos ejercidos actualmente por seres humanos son vulnerables ante la substitución por robots y medios informáticos cada vez más complejos.
Las tecnologías avanzadas ya están penetrando en algunas de las industrias principales de Latinoamérica. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles, que emplean a centenares de miles de personas en toda la región, están recurriendo rápidamente a robots que son más eficientes y precisos que los seres humanos. En las zonas de producción de cereales de Sudamérica, la maquinaria guiada por GPS está reduciendo la necesidad de jornaleros, al tiempo que aumenta la producción.
Las industrias de servicios, que ya representan dos terceras partes de todos los empleos de Latinoamérica, son particularmente vulnerables. Un programa informático para la gestión de los impuestos de una empresa incipiente en Brasil, por ejemplo, puede realizar en cuestión de segundos operaciones que requerirían miles de horas pagadas de un ejército de contables. Se pronostica que otros sectores que representan actualmente un gran porcentaje del empleo en países de renta baja -incluidos los de las prendas de vestir, las manufacturas ligeras, la logística y las centrales de llamadas- experimentarán una automatización cada vez mayor.
¿Está preparada Latinoamérica para ese cambio trascendental? Lo bueno es que los programas de Latinoamérica en materia de tecnología, productividad y lucha contra la exclusión se superponen; por ejemplo, las mejoras en la educación y el fomento del empleo en el sector estructurado de la economía contribuyen a la consecución de los tres objetivos, pero semejantes reformas tardarán años en dar fruto. Entretanto, hay cuatro esferas en las que el sector privado puede hacer contribuciones.
En primer lugar, las empresas pueden impulsar su propio capital humano impartiendo formación en el lugar de trabajo, táctica que ha demostrado su utilidad y sigue siendo poco común en Latinoamérica. A este respecto ha habido algunos avances. Por ejemplo, la iniciativa de planes de capacitación del organismo gubernamental Uruguay XXI ofrece subvenciones a las empresas orientadas a la exportación para capacitar a su personal en materia de aptitudes concretas, como, por ejemplo, el aprendizaje del inglés, y ayudarlas a dominar las nuevas tecnologías.
En segundo lugar, las empresas latinoamericanas deben aumentar su inversión en investigación e innovación. Actualmente, las empresas de la región dedican aproximadamente el 0,4% de sus ventas, por término medio, a la I + I, muy inferior a la media de 1,9% de los países de la OCDE. Las empresas latinoamericanas pueden cambiar esa situación emulando a sus homólogas del Estado brasileño de Sao Paulo, que tienen contratos de investigación con importantes universidades públicas. Esos vínculos, comunes en toda Norteamérica, han contribuido a aumentar el gasto de Sao Paulo en I + I en un 1,6% del PIB, mayor que el de España o Italia.
En tercer lugar, las empresas latinoamericanas pueden contribuir a mejorar la educación, a menudo con mayor rapidez que la del Gobierno al aplicar reformas eficaces. En Perú, un empresario tomó la iniciativa y encargó la creación de un modelo educativo enteramente nuevo. Cuatro años después, Carlos Rodríguez-Pastor ha creado 23 escuelas Innova, que prestan servicios a 13.500 estudiantes y en las que se actualizan constantemente los conocimientos y las aptitudes de los profesores. Espera construir una red de 200 escuelas en los próximos años.
Por último, los dirigentes de las empresas latinoamericanas deben apoyar a los empresarios incipientes, que carecen no sólo de capital, sino también del sistema de apoyo necesario para plasmar sus ideas en empresas viables. Las deficiencias locales obligan a muchos innovadores -como, por ejemplo, el guatemalteco Luis von Ahn, cocreador de los CAPTCHA, los juegos de palabras que los sitios web utilizan para asegurarse de que sus usuarios son seres humanos- a trasladarse al extranjero.
Latinoamérica no puede permitirse el lujo de perder innovadoresmuy dotados como Von Ahn. La contribución de los dirigentes de las empresas establecidas a la financiación y la tutoría de esos visionarios, para que puedan prosperar en sus países y no deban instalarse en el extranjero, redundará en su propio beneficio.
Para cada uno de esos empeños, hay modelos logrados que se pueden adaptar y reproducir. Con diligencia, persistencia e inteligencia, Latinoamérica puede aún aprovechar al máximo la próxima era tecnológica y velar por que se repartan sus beneficios de forma más amplia.
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*Luis Alberto Moreno es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
Con esta columna, el Blog Factor Trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo, da inicio a una nueva serie mensual de artículos titulada "El futuro del trabajo".

Fuente: http://www.elmundo.es/economia/2015/05/11/5550bb7ee2704eb8398b4570.html

viernes, 1 de mayo de 2015

Un año difícil para el empleo en América Latina Al celebrar este Primero de Mayo, los trabajadores de la región deben tener en cuenta el desafío de una desaceleración económica

Un año difícil para el empleo en América Latina

Al celebrar este Primero de Mayo, los trabajadores de la región deben tener en cuenta el desafío de una desaceleración económica

 30 ABR 2015 - 21:48 CEST


Este Primero de Mayo, al celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, es importante tener en cuenta que los países de América Latina están frente al desafío impuesto por una desaceleración de la economía que impactará el mercado laboral y colocará presión sobre las tasas de desempleo e informalidad.
Durante las últimas semanas las mediciones económicas han sido unánimes: las perspectivas de crecimiento se han revisado a la baja y es posible que el promedio regional incluso sea inferior al uno por ciento.
Esto ocurre en una región que experimentó un crecimiento sostenido durante más de una década, lo cual contribuyó en forma importante a la reducción de la pobreza y ayudó a mejorar los indicadores laborales. La tasa de desempleo en las zonas urbanas, que a comienzos de este siglo estaba en 11%, bajó hasta un mínimo histórico de 6,1% a fines del año pasado. También hubo un moderado descenso de la informalidad y mejoras salariales.
Pero es evidente que esta tendencia positiva se ha detenido. Ahora predomina la incertidumbre y el temor de que se reviertan algunos logros alcanzados. Además, no hay que olvidar que el empleo es clave para la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Aunque las mujeres se han incorporado al trabajo, su tasa de participación es 30% inferior a la de los hombres
La OIT [Organización Internacional del Trabajo] estima que la tasa de desempleo podría subir dos o tres décimas porcentuales este año de la mano de la desaceleración económica. En un mercado laboral en el cual habrá menos creación de nuevos empleos, también es previsible que algunos trabajadores recurran a ocupaciones en condiciones de informalidad. En la actualidad la tasa de informalidad es de 47 por ciento, lo que equivale a 130 millones de trabajadores en empleos que habitualmente implican malas condiciones laborales, desprotección, inestabilidad y falta de derechos.
También será difícil avanzar en el cierre de las brechas de empleo. Aunque las mujeres se han incorporado al trabajo, su tasa de participación es 30% inferior a la de los hombres y cuando buscan colocarse enfrentan una desocupación más alta. Los jóvenes también están en desventaja ya que el 40% por ciento de los desempleados tienen entre 15 y 24 años y tasas de desocupación de 2 a 4 veces mayores que los adultos.
Esta situación coloca a los países frente al desafío de repensar las estrategias para impulsar el crecimiento económico y la transformación productiva. Y esta es una tarea de grandes dimensiones en la cual tenemos que pensar este Primero de Mayo cuando recordemos la gesta de los mártires de Chicago en 1886, quienes lucharon por mejorar las condiciones de trabajo.
No podemos olvidar que, independientemente de cuál sea el comportamiento económico, América Latina necesita crear 50 millones de puestos de trabajo en la próxima década solamente para compensar el crecimiento demográfico. Y esperamos que esos empleos sean formales.
Elizabeth Tinoco es directora regional de Organización Internacional del Trabajo para América Latina y el Caribe.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/04/30/actualidad/1430423146_384577.html

martes, 14 de abril de 2015

¿Qué es el 'benchmarking'?

¿Qué es el 'benchmarking'?

¿Qué es el 'benchmarking'?

Las compañías imitan las mejores prácticas en recursos humanos para atraer a los profesionales con más talento

Management | 13/04/2015

Los primeros en utilizar el concepto de benchmark fueron los agrimensores ingleses del siglo XIX, que colocaban unas marcas fijas en los territorios la primera vez que los medían, de tal modo que las posteriores mediciones tomaran como referencia dicho punto. Con el tiempo, el mundo de la economía se ha hecho suya esta palabra para referirse a una serie de medidores de calidad. Así, el benchmarking consiste en la identificación de las mejores prácticas empresariales dentro de una industria, con el fin de comparar el proceder de otras organizaciones con la mejor. Ocupar los primeros puestos en estas clasificaciones refuerzan la imagen de las marcas, por lo que los empresarios las utilizan para ver en qué aspectos necesitan mejorar para emular a los mejor posicionados.

En los últimos años se ha sumado a esta práctica un nuevo colectivo: los trabajadores con talento. A la hora de decidir dónde trabajar, estos comparan la imagen de marca que ofrece una compañía, sus valores, su Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y las condiciones generales de sus trabajadores.

"Las empresas más responsables y exitosas son las que atraen el mejor capital humano, y cuando el talento es oneroso éste aspecto es de un valor esencial para la empresa" señala Tomàs Rubió, director del Máster en Dirección de Recursos Humanos en las Organizaciones de la UPF Barcelona School of Management.

Pero, ¿de qué depende este buen posicionamiento? Rubió desgrana tres de los puntos clave que las empresas tienen que abordar desde este mismo momento para ser un buen lugar donde trabajar.

.Equlibrio social. No basta con que las empresas hagan una buena obra de vez en cuando que actúe como un cosmético y mejore su imagen temporalmente. Rubió avisa de que las compañías tienen que definir cuáles son sus valores e impregnar con ellos todos los eslabones de la cadena. De no ser así, rápidamente aparecerán las incongruencias.

.Talent management. Las personas son quienes marcan la diferencia entre unas compañías u otras, por lo que es fundamental identificar, impulsar y retener el talento. Así, tan importantes son los procesos de selección para encontrar a los mejores trabajadores como los planes de desarrollo personal una vez están dentro de la empresa, de tal modo que se les ofrezca la posibilidad de evolucionar laboralmente y explotar su creatividad y potencial.

.Dignificar la condiciones de trabajo: conciliación y retribuciones justas. Si los trabajadores son quienes condicionan el éxito de la empresa, no tiene sentido tenerlos descontentos. Múltiples estudios demuestran que unas buenas condiciones laborales mejoran el rendimiento de los empleados, que se sienten más a gusto y motivados en sus puestos. Medidas como la flexibilidad horaria y el teletrabajo, que permiten una mejor conciliación de la vida personal y laboral, ayudan a este fin. Asimismo, la empresa tiene que ofrecer una compensación económica que se adecue al trabajo realizado. En los últimos años, muchas empresas se han escudado en la crisis económica para recortar en salarios y otras bonificaciones económicas, como incentivos y pagas extra, lo que, si bien en un momento quizá fue necesario, de prolongarse durante mucho tiempo puede crear un malestar en el trabajador que le lleve a dejar la compañía.

"Los programas de motivación, de clima y cultura en la empresa pasan a primer plano, obteniendo una atención que antes no existía. Del anterior estilo de mando y autoridad formal se pasa a los conceptos de liderazgo, responsabilidad, delegación e innovación, entre otros", subraya Ramió.

Pese a esta mayor toma de conciencia sobre la importancia de cuidar a los trabajadores, el académico lamenta que "no todas las empresas aprovechan la oportunidad de posicionarse frente a la sociedad del siglo XXI como organizaciones preocupadas por las necesidades de sus empleados y de su entorno". Así, añade, "aunque los casos puedan ser minoritarios, existen organizaciones en las que no siempre hay un grado suficiente de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace: se realizan y se dan a conocer acciones positivas en diferentes ámbitos y, por otro lado, vemos como no se respetan algunos de los principios más básicos como la utilización del trabajo infantil para aprovecharse de los bajos salarios, o se dan procesos de deslocalización y descapitalización profesional". 

Fuente: http://www.lavanguardia.com/economia/management/20150413/54429598501/benchmarking.html

jueves, 26 de marzo de 2015

De estudiante de primaria a esclava

De estudiante de primaria a esclava

Así funciona el tráfico de personas en Tailandia, uno de los países que menos hace prevención de la trata en el mundo

 Bangkok / Pakse 25 MAR 2015 - 09:54 CET

Una empleada de la tienda en la que la ONG Focus Village vende productos hechos por víctimas del tráfico de personas. / PABLO LINDE
Somchai regenta uno de los cientos de puestos callejeros de comida que hay en Samut Sakhon, una provincia limítrofe con Bangkok. En Tailandia, donde es frecuente que las viviendas carezcan de cocina, comer en uno de estos restaurantes al aire libre es un ritual diario muy extendido. Con lo que saca sirviendo platos que rondan los 40 bahts (alrededor de un euro), Somchai se pudo comprar a Khalan. Le salió barata. No lo sabe con certeza, pero ella cree que su precio fue de unos 3.500 baths (100 euros).
Khalan fue esclava de Somchai (ambos nombres son ficticios) y su familia durante 10 meses. La compraron en 2011, cuando ella tenía 13 años. Pasó más de 300 días sin poder salir de la residencia familiar, donde la obligaban a realizar todas las tareas domésticas. Como, al parecer, no las completaba a la velocidad que sus dueños exigían, la castigaban golpeándole prácticamente a diario con un palo. Los días que era demasiado lenta o no hacía las cosas al gusto de la familia, se quedaba sin comer. Y, realizara sus faenas bien o mal, rápida o lentamente, su salario siempre era el mismo: ninguno.
Cualquiera con 100 euros en el bolsillo, un plato de comida extra (no todos los días) y la suficiente escasez de escrúpulos puede comprarse a una esclava doméstica en Tailandia. O un pescador al que explotar durante 19 horas al día. O una mujer (o niña) a la que prostituir en un local de alterne. O un trabajador para una cadena de montaje. O un obrero de la construcción. Decenas de miles de personas trabajan en este régimen en el país, según las cifras más conservadoras. La trata en el Mekong (una subregión que comprende a Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia, Vietnam y la provincia china de Yunnan) es una maquinaria engrasada con la miseria de sus habitantes y alimentada por una ingenuidad que lleva a las víctimas a confiar en quienes les ofrecen una vida mejor, a menudo en el vecino rico de la zona, Tailandia, que es tanto destino como zona de paso hacia Malasia y Singapur.
El mecanismo es tan repetido como rudimentario. Un intermediario local, a menudo conocido por las víctimas, les habla de un trabajo legal, honrado y con una remuneración suficiente para vivir en el destino y mandar remesas de dinero a su familia. Los introducen ilegalmente en el país y los venden a empresarios o particulares por un importe que oscila entre los 100 y los 500 euros. El intermediario, por lo general, es solo una parte de un engranaje mayor, un comisionista que conecta a las víctimas con las mafias que comercian con ellos.
Tres menores que fueron víctimas de trata cocinan en el albergue de la ONG Focus Village International en Pakse (Laos). / PABLO LINDE
Fue, exactamente, lo que le sucedió a Khalan. A ella y a sus padres, unos agricultores de Savannakhet, una provincia rural de Laos a orillas del río Mekong, que durante parte de su curso sirve de frontera con Tailandia. “Tras acabar la enseñanza primaria, quería ir al instituto, pero estaba muy lejos de casa y yo no tenía bicicleta, así que cuando terminé el colegio tuve que dejar los estudios y ponerme a trabajar en la cosecha de arroz con mis padres. Pero hay épocas del año en las que no hay trabajo, porque ni se siembra ni se recoge. En una de ellas, un conocido de la familia les contó a mis padres que podía conseguirme un trabajo de camarera en un restaurante de Bangkok. Les pareció buena idea y me fui de casa”, cuenta con voz tenue, pero un relato fluido con el que responde con detalles a cada pregunta que se le formula. No es frecuente. Como ella misma reconoce, a las víctimas de trata no suele gustarles ahondar mucho en sus experiencias. Sus compañeras del albergue para jóvenes traficadas de Pakse (Laos) casi no se atreven a mirar a la cara de los visitantes occidentales, se limitan a sonreír y agachar tímidamente la cabeza.
En el refugio, gestionado por la ONG Village Focus Internacional con fondos de Anesvad —que también sufragó el viaje que hizo posible este reportaje— conviven una docena chicas, todas menores de edad excepto una. Allí aprenden habilidades que les permitan encontrar un trabajo en el futuro: peluquería, costura, cocina, artesanía… Para entender por qué no hay rastro de otras como informática, idiomas o contabilidad es necesario algo de contexto. Laos es un país con un régimen comunista con poca influencia del exterior, tremendamente pobre (el 135º en PIB per capita en la lista del FMI), en el que muchas casas no gozan de agua corriente ni luz. Este atraso se nota nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Pakse, donde los funcionarios apuntan el nombre del visitante extranjero en una libreta cuando muestra su pasaporte en la aduana.
Cualquiera con 100 euros en el bolsillo y la sufiente falta de escrúpulos puede comprarse un esclavo en el Mekong
A unos 70 kilómetros al sur del aeródromo y del refugio, esta misma organización cuenta con otro centro, una especie de granja-escuela que tiene como objetivo la prevención del tráfico de personas. Más allá de suministrar información sobre los siniestros comisionistas y sus intenciones a los lugareños, uno de los métodos que utilizan es facilitarles las herramientas necesarias para optimizar su tierra, que cultivan con técnicas que recuerdan al control de aduanas del aeropuerto en su versión agroganadera. “Por un lado, tratamos de mejorar sus métodos para que le saquen más rendimiento a lo que hacen. Muchas personas ni siquiera tienen una valla con la que evitar que los animales se escapen. La tradición es dejarlos sueltos. También es muy frecuente que desperdicien frutas, como la de la pasión, porque no saben que de ellas pueden extraer valiosos zumos. Por otro lado, les enseñamos cómo aportar valor al producto y darle salida en los mercados. Un ejemplo son los plátanos. Vendían los más grandes, los demandados por la industria, pero no sabían qué hacer con los pequeños. Aquí estamos transformándolos en aperitivos fritos, algo que cuenta con demanda y que ni siquiera se les había ocurrido porque no están habituados al comercio”, explica Kongseng Piengpanya, coordinadora del programa de empoderamiento de mujeres y niños de Village Focus.
Su organización vende después los productos que fabrican en este centro rural y en el albergue de víctimas en una tienda para turistas que tienen en Pakse, en el bajo de un centro de recepción de emigrantes repatriados que es destino de muchos indocumentados que tratan de cruzar a Tailandia. Allí, además de un techo, Village Focus trata de aportarles claves para burlar las trampas de la trata. Piengpanya asegura que muchas de las personas a las que dan formación ni siquiera estaban familiarizadas con el dinero hasta hace poco más de una década: “Se limitaban al trueque. La idea con proyectos como el Green Center [que es como se llama esta especie de granja-escuela] es proporcionarles un medio digno de vida para que no se vean obligados a emigrar y caer en las redes de estas mafias”.
La emigración no tendría por qué ser un problema, desde el punto de vista de Lisa Rende Taylor, que a través de Anti Slavery Internacionalestá poniendo en marcha un novedoso problema para ayudar a las víctimas de la trata mediante transferencia directa de dinero. “Los jóvenes de los países de origen van a querer emigrar en cualquier caso porque ven en la televisión estilos de vida que les seducen, no necesariamente porque estén muriendo de hambre en su tierra. Lo que tenemos que asegurar es que lo hagan en condiciones seguras y que no se conviertan en víctimas de trata”, reclama. Según Catalina Echevarri, técnica de proyectos de desarrollo de Anesvad —organización que financia tanto las iniciativas para sacar más valor a los alimentos como las innovaciones de Taylor—, se trata de visiones complementarias: “Los proyectos para mejorar la vida en los países de origen pueden ser muy positivos para que quienes emigran no lo hagan con la presión de convertirse en el único sustento de su familia; la transferencia de dinero es una idea muy interesante para saber cuáles son las necesidades de las víctimas mediante una monitorización concienzuda de lo que hacen con él”.
Una de las principales trabas a la hora de dar soluciones al tráfico de personas es que las propias víctimas son reacias a reconocer que han sido tratadas. De cara a su comunidad, puede representar un estigma. Más allá de las secuelas psicológicas que acarrean (más de la mitad tiene problemas mentales tras ser liberadas, según el reciente estudioLa salud de las personas traficadas: hallazgos de una encuesta entre hombres, mujeres y niños en servicios postráfico del Mekong), supone admitir un fracaso, con abusos sexuales y físicos de por medio en muchas ocasiones. Es una de las razones por las que la mayoría de la información que reciben aquellos potenciales migrantes (potenciales tratados) por parte de quienes han marchado es positiva. Escuchan historias de éxito: las de los que consiguen un trabajo y mejores condiciones de vida y la de quienes no lo hacen, pero mienten.
Una de las trabas a la hora de dar soluciones al tráfico de personas es que las propias víctimas son reacias a reconocer que han sido tratadas
El otro motivo de peso para no admitir haber sido traficado es la burocracia. Cuando un trabajador indocumentado es sorprendido por las autoridades locales, el proceso de deportación dura apenas unos días, por lo general. Pero si denuncia a sus explotadores, comienza un proceso judicial que se alarga un mínimo de seis meses y que puede llegar fácilmente a dos años, según explica Jurgen Thomas, director de la Alliance Anti Trafic, que lleva casi una década trabajando sobre el terreno. Todo este tiempo lo pasan en centros de internamiento de inmigrantes, que son más parecidos a una cárcel que a un albergue. Es la espera necesaria hasta que se produzca el juicio en el que tendrán que testificar contra quienes los compraron y explotaron. Por eso, las denuncias por parte de las víctimas son casi inexistentes. La mayoría de los 225 condenados del país en el año 2013 por tráfico llegaron a los tribunales por investigaciones propiciadas por diversas ONG o por el Gobierno de Tailandia que, según el Departamento de Estado de EE UU, no hace lo suficiente para combatir esta lacra. En 2014 lo degradó al último peldaño en su clasificación internacional en este campo, a la altura de estados como Irán o Corea del Norte, al ser uno de los países donde más está extendida la esclavitud dentro de la región del mundo en la que esta práctica es más frecuente. La Organización Mundial del Trabajo estima que 18 millones de personas en todo el mundo son sometidas a trabajos forzados, de las cuales algo más de la mitad se encuentra en la región Asia-Pacífico.
Un grupo de inmigrantes birmanos indocumentados, en un centro de acogida de Samut Sakhon, provincia limítrofe con Bangkok. / PABLO LINDE
Muchas de estas víctimas lo son por partida doble. Es el caso de Cham Nyein Thu, birmano de 20 años que fue engañado para trabajar en una obra en Bangkok. A las pocas semanas de comenzar, dejaron de pagarle. Unas semanas después fue arrestado en una redada policial contra la inmigración irregular y trasladado a un centro de detención donde lleva más de tres meses. Su historia la cuenta su esposa, Nwe Zin Aung, quien junto a él y una docena de compatriotas, llegó a Tailandia en noviembre de 2014 a través de una agencia de empleo teóricamente legal. Como a su marido y a los demás, al poco de comenzar en sus empleos dejaron de pagarles. “Para venir tuvimos que pagar unos gastos de gestión de más de 600 euros a la agencia. Parte de ese dinero provendría del dinero que ganásemos aquí, pero no podíamos devolverlo si dejaban de pagarnos”, relata desde la sede de la Asociación de Trabajadores Birmanos en Tailandia, donde acudió cuando arrestaron a su marido. Si bien la limitación de libertad de estos trabajadores no fue tan clara como el de otras víctimas de la trata, la indefensión ante la que se encuentran, el miedo a que las autoridades locales les sorprendan sin la documentación en orden, provoca que la simple amenaza de impagar esa deuda pueda funcionar como celda de la misma forma que lo hacía el cuarto en el que vivía encerrada Khalan en casa de Somchai y su familia.
Ella habría seguido allí por mucho tiempo si no fuera por un vecino que presenció una de las palizas más brutales que sufrió la que hoy es una adolescente de 17 años y por entonces era apenas una niña de 13. “Casi no podía moverme. El vecino aprovechó que la familia se iba para entrar en la casa y llevarme a un templo donde un monje me escondió durante un par de días, hasta que me llevó al hospital”, relata. Después de eso, tuvo que pasar seis meses en un centro para menores esperando el juicio contra su amo. Y su historia no es de las peores, según Kongseng Piengpanya. “A otras chicas les amputan dedos, les queman con aceite hirviendo y, a menudo, reciben agresiones sexuales en sus casas, cosas que a Khalan no le sucedió porque tenía la suerte de vivir con toda una familia”, relata.
Somchai fue señalado en el juicio por Khalan, fue condenado y entró en la cárcel, de donde salió a los pocos meses. De los 225 encarcelados en 2013 en Tailandia, la mayoría recibió penas de prisión de entre uno y siete años, 29 de ellos de más de siete y 31 de menos de uno, según los últimos datos del Gobierno. Somchai habría pertenecido a este último grupo. Y eso que era reincidente; al menos tuvo otra esclava antes que Khalan. Hasta donde sabe Village Focus, hoy sigue vendiendo tallarines y sopas por menos de un euro en su restaurante callejero, atendiendo cada día a sus clientes y, quizás, con otra esclava en su casa por la módica cifra de 100 euros y un plato de comida (no todos los días).

Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/03/17/planeta_futuro/1426613249_501088.html